Vi de noche, y he aquí un varón que cabalgaba sobre un caballo alazán, el cual estaba entre los mirtos que había en la hondura; y detrás de él había caballos alazanes, overos y blancos. Zac 1,8

Podemos imaginar al profeta de pie al borde de este gran valle o barranco con un ángel a su lado hablándole. Naturalmente, al ver esta inusual visión, quiso saber el significado de la revelación. Por lo tanto preguntó (presumiblemente al ángel a su lado): "Señor mío, ¿qué es esto?". En respuesta, el hombre del caballo rojo entre los mirtos le informó de que los jinetes que estaban en comunicación con él eran aquellos que el Señor había enviado de un lado a otro por toda la tierra. En este punto de la visión, estos jinetes relataron al "ángel de Jehová" las condiciones que encontraron por todo el mundo.

Para entender la visión, hay que responder a varias preguntas. Entre ellas, las siguientes: ¿Quién es el hombre del caballo rojo que va delante de la caballería? ¿Quién es el ángel de Jehová? ¿Qué significan los mirtos? ¿Quién es la cabalgata? ¿Qué significa el profundo valle o barranco?

En cuanto a la pregunta sobre el jinete del caballo rojo, hay que considerar detenidamente los versículos 8 a 11. El jinete que está delante de esta gran hueste de jinetes se distingue de ellos respondiendo al profeta que él dirá quiénes son. A continuación, los jinetes le comunican sus observaciones sobre los pueblos de la tierra. Pero se nos dice que entregan su informe al "ángel de Jehová". Puesto que este hombre del caballo rojo es el comandante del ejército, puesto que le entregan su informe, y puesto que se dice que informan al "ángel de Jehová", vemos claramente que este jinete no puede ser otro que el ángel de Jehová. Pero, ¿quién es esta personalidad? Un examen cuidadoso de esta expresión en los primeros libros del Antiguo Testamento revela el hecho de que no es otro que la segunda persona de la Trinidad - el Señor Jesucristo en su estado pre-encarnado.

Puesto que este jinete principal es el Señor Jesucristo, es muy natural que supongamos que los demás jinetes son seres angélicos, ya que se les representa como una hueste bajo su liderazgo. Por lo tanto, podemos suponer con seguridad que esta hueste es una compañía de ángeles enviados por Dios en misiones de reconocimiento sobre toda la tierra. De Hebreos 1:14 aprendemos que son espíritus ministradores, enviados para servir en favor de los que han de heredar la salvación. Tienen un maravilloso ministerio que desempeñar en favor de todo el pueblo de Dios y para promover el plan del Todopoderoso.

Dado que esta visión es una imagen simbólica, como se desprende claramente de la lectura de todo el contexto, no debemos entender los mirtos literalmente. Son necesariamente simbólicos. Entonces, ¿qué significan? Un examen de las Escrituras nos muestra que los árboles y las plantas, cuando se utilizan de este modo -especialmente en el Antiguo Testamento- significan naciones concretas. Un examen más detallado del simbolismo de las plantas revela el hecho de que el poderoso roble y el majestuoso cedro se utilizaron para simbolizar los grandes imperios de la antigüedad. Ciertamente, ninguno de los antiguos, poderosos y potentes reinos estaría representado de este modo por el humilde mirto. Si no los simboliza, ¿a quién se refiere? Un examen de los versículos 12-17 de Zacarías 1, que representan la revelación y la explicación que se desprenden de esta visión, deja claro que Israel es el protagonista de esta visión simbólica. Estos hechos nos llevan, pues, a la firme convicción de que la nación judía está simbolizada por los mirtos.

En este contexto, debemos recordar que Dios habla de Israel bajo el simbolismo de la vid (Salmo 80; Isaías 5), la higuera (Joel 1:7) y el olivo (Romanos 11).

¿Cuál es el significado del profundo valle o barranco donde se ven los mirtos? Estas huestes angélicas le dicen al ángel de Jehová que las naciones de toda la tierra están en paz y descanso mientras Israel está en este valle donde ha estado durante los 70 años de cautiverio y el tiempo que siguió. Cuando alguien tiene problemas, el valle o barranco es una comparación natural para expresar sus circunstancias angustiosas. - A la vista de estos hechos, parece bastante obvio que el barranco o valle en el que se representa aquí a Israel no puede ser otra cosa que el valle de la aflicción.que comenzó con el cautiverio babilónico y terminará con la segunda venida de nuestro Señor para liberar a Israel de su opresión y convertirlo en cabeza de las naciones en lugar de cola como es ahora (Dt. 28:13). Parece bastante obvio, por lo tanto, que este valle es la morada de Israel mientras permanece disperso entre las naciones durante el tiempo de los gentiles.

El ángel de Jehová está acampado con sus huestes alrededor de Israel, a quien ama y a quien ha elegido para ser el canal a través del cual bendecirá aún al mundo (Gn. 12:1-3; Sal. 67). La preservación de Israel a través de las terribles persecuciones que ha soportado a lo largo de los siglos no puede explicarse por motivos naturalistas, sino únicamente por el hecho de que el ángel de Jehová, el Señor Jesucristo, está interesado en él y lo ha protegido. Fue él quien escuchó su clamor en Egipto y los liberó de su esclavitud y servidumbre. Fue él quien los acompañó en su viaje por el desierto y los condujo a la tierra de los padres. Fue el "Pastor de Israel" en el pasado, será su pastor y les librará de todas sus angustias si le invocan y se arrepienten de su pecado nacional de rechazar a su Mesías. (Zac. 12:10,11; Mt. 23:37-39)

En el versículo 12 de este capítulo queda muy claro que tiene un gran interés en el pueblo judío, pues cuando recibe el informe de la hueste angélica sobre el resto de las demás naciones, comienza a orar por su amado pueblo. Esta oración de intercesión recuerda la petición de nuestro Señor en Juan 17.

La respuesta del Padre al Hijo acerca de Israel se encuentra en el versículo 13: "Y Jehová respondió buenas palabras, palabras consoladoras, al ángel que hablaba conmigo." - Todo en este libro es el desarrollo de estas palabras buenas y consoladoras.

Hno David